¡Salta, valiente!
Me he reencontrado con una náusea antigua, y la podría haber evitado; pero soy de natural idiota, y adicta a tropezar. Y ahí está, agarrándose a las paredes de mi esófago impidiéndome el sueño. Se ve que está cómoda, se ve que es su sitio. ¡Jodido nudo en la garganta!
Sonríe, mi amor.
Estás ahí, a la luz de tus fracasos, pletórica, apartándolos con palabras de una cualquiera que sustituye mis dedos ahora. Disfrázate y disfruta, márchate con viento fresco, píntate otra vez de ese azul, y olvídame como tú sabes. Me rebajo a conocida, ya puedes subastar mi antiguo puesto.
Tengo ganas de vomitar...
¡A la mierda el último "sí, quiero"! Jamás debí saltarme las señales, jamás debí confiarme a la misma mano que ya me había apuñalado. Me arrepiento... Y lo siento, nos pudo el temblor; pero, ¿qué esperabas? Sólo has recogido lo que sembraste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario