Me suben los humos, y tú
me subes a tu cuarto.
- ¡Ssssh! No hagas ruido.
- Perdona, ha sido
tu escalofrío, que me ha rozado, y ni siquiera sé si te has dado cuenta… No sé qué hacer contigo.
- Pues decídelo ya,
¿capaz o incapaz?
- Dímelo tú.
- Yo ya he hablado
de más… Te toca tirar a ti.
Y agito los dados…
Y sigo agitando…
Y sigo…
Y sigo…
Y…
No hay comentarios:
Publicar un comentario